En el corazón, una bomba latente arde,
explosiva pasión que en llamas arde,
tu piel es la mecha que enciende el fuego,
y en la explosión de amor, me entrego.
Tus besos son detonantes, chispas en la noche,
que encienden la pasión con un roce,
cada caricia es un estallido sin control,
en esta guerra de amor, somos el único rol.
En la cama, somos campo de batalla,
donde los cuerpos se enlazan en ardiente metralla,
cada gemido es un eco de la detonación,
en esta guerra de placer, no hay rendición.
Somos dos amantes en un juego peligroso,
donde el deseo es nuestro único gozo,
en la explosión de nuestros cuerpos enlazados,
se funden el éxtasis y los suspiros ahogados.
Así, entre explosiones de amor y deseo,
nos consumimos en un fuego incandescente,
en este juego de pasión y anhelo,
somos dos almas unidas eternamente.
En el corazón, una bomba latente arde,
explosiva pasión que en llamas arde,
tu piel es la mecha que enciende el fuego,
y en la explosión de amor, me entrego.
Tus besos son detonantes, chispas en la noche,
que encienden la pasión con un roce,
cada caricia es un estallido sin control,
en esta guerra de amor, somos el único rol.
En la cama, somos campo de batalla,
donde los cuerpos se enlazan en ardiente metralla,
cada gemido es un eco de la detonación,
en esta guerra de placer, no hay rendición.
Somos dos amantes en un juego peligroso,
donde el deseo es nuestro único gozo,
en la explosión de nuestros cuerpos enlazados,
se funden el éxtasis y los suspiros ahogados.
Así, entre explosiones de amor y deseo,
nos consumimos en un fuego incandescente,
en este juego de pasión y anhelo,
somos dos almas unidas eternamente.