En la vastedad de un jardín sombrío,
danzaba ella entre luces de estío,
bajo la luna, su piel como lirio,
un alma presa en un mar fugitivo.
Sus ojos reflejan un cielo turbio,
anhelando libertad en el flujo,
susurros de viento, cadencia de suspiros,
buscando un éxtasis en este mundo impío.
Atrapada en las sombras de la noche,
en un éxtasis de amor y desdicha,
su corazón latiendo como una rama rota,
en un bosque de sueños y mariposas muertas.
El deseo, un manto ardiente y frío,
la envuelve en un abrazo sin alivio,
cuerpo marcado por el fuego del destino,
libertad esquiva en un laberinto sombrío.
En cada paso, la sangre escribe un cuento,
del amor que duele y quema como el viento,
Oh Lilium, la flor en el tormento,
donde la muerte y el amor son su aliento.
Su voz, un canto de alas quebrantadas,
busca el eco de verdades olvidadas,
en el rincón más profundo de su ser,
donde la melancolía se deja caer.
Oh Lilium, dulce y feroz como el mar,
en tu mirada hay un cosmos por habitar,
bajo la piel, un océano de estrellas a brillar,
libérate del peso y vuela hacia el eterno azar.
Oh Lilium, enredada en hilos de deseo,
bailando en la cuerda floja del anhelo,
en tu alma, el eco de un amor perdido,
que se desvanece en un abismo encendido.
Que tu sangre sea tinta en el lienzo del destino,
que tus lágrimas sean versos en el libro divino,
que encuentres paz en este universo infinito,
donde el amor y la muerte se entrelazan en mito.
Libérate, mujer de las mil estaciones,
rompe las cadenas de las falsas razones,
que tu espíritu vuele alto entre constelaciones,
en busca de un amor que rompa limitaciones.
En cada paso, renace como el ave fénix,
despliega tus alas y libérate del nexo,
que el mundo sea tu escenario y tu reflejo,
donde la libertad sea tu más puro anhelo.
En los rincones secretos de su ser,
un grito de rebeldía espera florecer,
como la primavera en medio del invierno,
como un eclipse que desafía lo eterno.
Que la noche ceda ante tu resplandor,
que el destino sea solo tu creador,
que en cada latido encuentres tu voz,
para cantar la canción de tu propio sol.
Oh Lilium, en la encrucijada del destino,
eres el sueño que desafía el camino,
una llamarada en la oscuridad del olvido,
un faro que guía hacia el amor verdadero y perdido.
danzaba ella entre luces de estío,
bajo la luna, su piel como lirio,
un alma presa en un mar fugitivo.
Sus ojos reflejan un cielo turbio,
anhelando libertad en el flujo,
susurros de viento, cadencia de suspiros,
buscando un éxtasis en este mundo impío.
Atrapada en las sombras de la noche,
en un éxtasis de amor y desdicha,
su corazón latiendo como una rama rota,
en un bosque de sueños y mariposas muertas.
El deseo, un manto ardiente y frío,
la envuelve en un abrazo sin alivio,
cuerpo marcado por el fuego del destino,
libertad esquiva en un laberinto sombrío.
En cada paso, la sangre escribe un cuento,
del amor que duele y quema como el viento,
Oh Lilium, la flor en el tormento,
donde la muerte y el amor son su aliento.
Su voz, un canto de alas quebrantadas,
busca el eco de verdades olvidadas,
en el rincón más profundo de su ser,
donde la melancolía se deja caer.
Oh Lilium, dulce y feroz como el mar,
en tu mirada hay un cosmos por habitar,
bajo la piel, un océano de estrellas a brillar,
libérate del peso y vuela hacia el eterno azar.
Oh Lilium, enredada en hilos de deseo,
bailando en la cuerda floja del anhelo,
en tu alma, el eco de un amor perdido,
que se desvanece en un abismo encendido.
Que tu sangre sea tinta en el lienzo del destino,
que tus lágrimas sean versos en el libro divino,
que encuentres paz en este universo infinito,
donde el amor y la muerte se entrelazan en mito.
Libérate, mujer de las mil estaciones,
rompe las cadenas de las falsas razones,
que tu espíritu vuele alto entre constelaciones,
en busca de un amor que rompa limitaciones.
En cada paso, renace como el ave fénix,
despliega tus alas y libérate del nexo,
que el mundo sea tu escenario y tu reflejo,
donde la libertad sea tu más puro anhelo.
En los rincones secretos de su ser,
un grito de rebeldía espera florecer,
como la primavera en medio del invierno,
como un eclipse que desafía lo eterno.
Que la noche ceda ante tu resplandor,
que el destino sea solo tu creador,
que en cada latido encuentres tu voz,
para cantar la canción de tu propio sol.
Oh Lilium, en la encrucijada del destino,
eres el sueño que desafía el camino,
una llamarada en la oscuridad del olvido,
un faro que guía hacia el amor verdadero y perdido.
En la vastedad de un jardín sombrío,
danzaba ella entre luces de estío,
bajo la luna, su piel como lirio,
un alma presa en un mar fugitivo.
Sus ojos reflejan un cielo turbio,
anhelando libertad en el flujo,
susurros de viento, cadencia de suspiros,
buscando un éxtasis en este mundo impío.
Atrapada en las sombras de la noche,
en un éxtasis de amor y desdicha,
su corazón latiendo como una rama rota,
en un bosque de sueños y mariposas muertas.
El deseo, un manto ardiente y frío,
la envuelve en un abrazo sin alivio,
cuerpo marcado por el fuego del destino,
libertad esquiva en un laberinto sombrío.
En cada paso, la sangre escribe un cuento,
del amor que duele y quema como el viento,
Oh Lilium, la flor en el tormento,
donde la muerte y el amor son su aliento.
Su voz, un canto de alas quebrantadas,
busca el eco de verdades olvidadas,
en el rincón más profundo de su ser,
donde la melancolía se deja caer.
Oh Lilium, dulce y feroz como el mar,
en tu mirada hay un cosmos por habitar,
bajo la piel, un océano de estrellas a brillar,
libérate del peso y vuela hacia el eterno azar.
Oh Lilium, enredada en hilos de deseo,
bailando en la cuerda floja del anhelo,
en tu alma, el eco de un amor perdido,
que se desvanece en un abismo encendido.
Que tu sangre sea tinta en el lienzo del destino,
que tus lágrimas sean versos en el libro divino,
que encuentres paz en este universo infinito,
donde el amor y la muerte se entrelazan en mito.
Libérate, mujer de las mil estaciones,
rompe las cadenas de las falsas razones,
que tu espíritu vuele alto entre constelaciones,
en busca de un amor que rompa limitaciones.
En cada paso, renace como el ave fénix,
despliega tus alas y libérate del nexo,
que el mundo sea tu escenario y tu reflejo,
donde la libertad sea tu más puro anhelo.
En los rincones secretos de su ser,
un grito de rebeldía espera florecer,
como la primavera en medio del invierno,
como un eclipse que desafía lo eterno.
Que la noche ceda ante tu resplandor,
que el destino sea solo tu creador,
que en cada latido encuentres tu voz,
para cantar la canción de tu propio sol.
Oh Lilium, en la encrucijada del destino,
eres el sueño que desafía el camino,
una llamarada en la oscuridad del olvido,
un faro que guía hacia el amor verdadero y perdido.
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