Lo del apagón ha sido bestial. No tanto por el apagón en sí, pues ya ha habido muchos antes en ocasiones anteriores, sino por el alcance de este, varios países de Europa, y, sobre todo, por el tiempo de recuperación. Otras veces la luz tardó solo unos minutos en volver. Como mucho unas pocas horas. Pero en mi casa no volvió la luz hasta las 21:55 (el apagón fue a las 13:30). Y en estos momentos todavía hay gente sin luz... ¡Ni agua! Porque el agua funciona con bombas que bombean el agua, pero estas bombas funcionan con electricidad, y si no hay electricidad, las bombas no funcionan, por lo que no hay agua.
Además, nunca antes un apagón había afectado los trenes y los metros. Se tuvieron que evacuar miles de personas de vagones de metro y tren que quedaron atrapadas en los túneles o en medio del campo, y el servicio de tren no se restableció (y aún no lo ha hecho). Miles de personas, entre ellas turistas, esperando en las principales estaciones de tren sin ninguna información, porque tampoco había internet ni cobertura telefónica. Esa gente ha tenido que dormir en los vestíbulos de las estaciones o en polideportivos municipales que se han habilitado expresamente para la ocasión.
En serio, eso ha sido bestial. Y como digo, el servicio de tren sigue sin ir, así que para esta gente, la aventura aún no ha terminado.